A veces una persona
suele aferrarse a otra solo por el hecho
de no dejarlas ir, se aferran tanto que se olvidan de la
felicidad de la otra persona, y esto puede convertirse en egoísmo e incluso obsesión.
A veces queremos tanto a alguien que solo queremos
tenerla a nuestro lado, no importa cómo ni cuándo solo queremos que este ahí, siempre incondicional, cuando en
el fondo bien sabemos que nada es para siempre. Todo tiene su ciclo y su función en la vida, algunas son de larga duración otras
de menos que importa, lo importante es saber disfrutar esos
momentos pero sin
la locura de aferrar, cada persona es un mundo, un ser que nació para ser libre, para volar. En
algún momento la persona como una mariposa se posa en lugar para que otros
admiren su belleza, pero luego debe marcharse para vivir su vida para conocer
cosas nuevas, renovar… entonces deciden irse, a veces sin previo aviso así como
si nada, y uno se queda melancólico extrañando que esa persona vuelva cuando
en realidad está muy lejos de allí. Entonces que debe hacer uno? Seguir viviendo, memorar todo aquello bueno que esa persona,
aquella bella mariposa le trajo a su vida, pero dejar que siga su rumbo, porque aunque admiremos la belleza
de una mariposa y queramos tocarla o verla de muy cerca esta prefiere volar
porque sabe que hay cosas más allá de todo aquello que conoce.
Aquellas personas libres como las mariposas viajan
por todos los lugares habidos y por haber hasta encontrar un lugar fijo donde
permanecer y donde yacer hasta su muerte, y cada tramo que recorre conociendo
gente nueva y dejándolas atrás tienen que ser bellos recuerdos para los que
quedaron en el camino, sin rencores ni malicias, porque en definitiva todas las
personas sabemos que el otro en algún momento va a decidir volar, ya que es su
naturaleza hacerlo.
Solo aquellos
cobardes son los que no se atreven a planear e irse por pensar en otros antes
que en ellos mismos, privándose de conocer nuevas rutas y caminos, y solo
aquellos egoístas son los que le piden a una mariposa que pase toda su vida
aferrada a uno por el simple hecho de querer admirarla en su totalidad.
En fin, creo que con esta simple metáfora trate de explicar
con mis palabras, lo que uno siente al aferrarse a una persona que sabemos que
va a volar de nuestras vidas, y a veces los culpamos por dejarnos con las melancolías
y recuerdos cuando en sí, era lo que tenía que ser. Si uno quiere va a dejar
que la otra persona decida por si mismo su rumbo, y si su camino el lejos del
tuyo lamentablemente para algunos hay que dejar que esa persona tan querida se
vaya y vuele lo más alto posible, así sabremos de verdad que si esa persona sintió
lo mismo por ti, a lo largo de su camino va querer regresar. Dejalo ser como la mariposa, volar sin rumbo, si desea quererte VOLVERÁ.
Lo peor, es qe estoy de acuerdo; . & aunqe no se lo diga, ni este conmigo, ni nada u.u , no puedo dejarlo ir, no puedo olvidarlo.
ResponderEliminarMEENCANTÓ♥