Dos palabras, cinco letras, un gran sentimiento.

Paso tanto tiempo desde que me sentí así, que me siento rara, es tan increíble y maravilloso que a penas se puede describir con palabras. Es que jamás creí volver a pasar por esto, ¿quien diría que me harías tan feliz? Quien diría que volvería a sonreír.

Sos la persona que le dio un giro a mi vida… yo moría por encontrar a alguien y no me dejaba ni buscar… y fue entonces que cuando deje de andar buscando, que te encontré. Sin previo aviso, casi de sorpresa, casualidad o pura coincidencia, o gracia del destino.

Fue tan difícil volver a apostar, pues estaba acostumbrada a fracasar, y hoy entiendo que fuiste mi golpe de suerte, mi gran (F)elicidad.

Hoy te miro y siento cosas que quizá no digo pero no me dejan de pasar…

Llenaste mi alma de luz, me sacaste de la oscuridad, y no se como te voy a pagar…

No sabia como demostrarte esto que siento, y de repente de mi borrotaron dos palabras, casi entre susurros, mientras te besaba.

Fue “te amo” muy chiquito salió sin pensar de mi boca, te sorprendí y me quede callada. Fueron pocos pero eternos los segundos hasta que escuché tu respuesta: “Yo también te amo”. (Sonreimos, ya nos estábamos amando, que feliz soy! Gracias Dios)

Y fue así que me di cuenta que eras tu lo que tanto soñaba. A partir de hoy, ya formas parte de mi, no podría dejarte ir, no podría soportarlo.

Es que el primer te amo abre mil puertas, es un viaje de ida y ya no hay vuelta, es un gran sentimiento y una responsabilidad enorme, es un pasaje al amor, no me dejes por favor.